Es muy
importante que el sindicato acompañe a los trabajadores. Y si los trabajadores
han debido acompañar a las empresas para no perder sus empleos, han tenido que
ir evolucionando en las nuevas prácticas laborales y comerciales, se han tenido
que ir “atando” al nuevo mundo para no ser lanzados hacia afuera, el sindicato
se fue alejando más y más, tal vez modernizando un poco su discurso, pero
congelado en un pasado muy lejano en su forma de gestionar el “bien estar” y el
“bien hacer” de sus afiliados.
Pero
surge la pregunta: ¿por qué es imperativo traer al sindicato a este nuevo
mundo? La respuesta surge inmediatamente: por ustedes, los jóvenes. En la vida
de cualquier sociedad, organización o empresa, los jóvenes son imprescindibles
para asegurar el futuro.
Hoy el sindicato no hace nada por los
retirados ni por los jóvenes, porque ellos no protestan. Los jóvenes se vuelven
indiferentes, y los viejitos sufren en silencio. Lo poco que hace lo hace por los activos, por
miedo a la queja.
Pero sepan ustedes que nos urge reivindicar a
nuestros mayores, como lo han hecho todas las generaciones que nos precedieron.
Es una aberración que no tiene perdón el dejar a un jubilado desatendido.
Y
sepan también que es igual de importante sumar juventud, porque ellos nos
enseñan a ingresar al mundo a medida que éste se va modificando y
evolucionando. Los jóvenes son, sin duda, el pasaporte al futuro.
Cuando un sindicato está en el futuro, puede
exigir a los empresarios que también lo estén. Cuando un sindicato está
consciente de las necesidades de los jóvenes, puede exigir a los empresarios
que también lo estén.
Cuando un sindicato conoce los sufrimientos
de nuestros abuelos, puede exigir a los empresarios que también los conozcan.
Cuando un sindicato es autista, sólo consigue
burla, descrédito, indiferencia.
SANTA FE SUR
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